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Mereces amor … Cuando el príncipe se convierte en ogro.

Crónica de un final anunciado. Cuando nuestra mente distorsiona la realidad.






Por: Albana Cristina Ceberio

Periodista Argentina

albanacristinaceberio@gmail.com

facebook.com/albanacristina.ceberio




Creció escuchando cuentos de princesas valoradas y amadas por príncipes amorosos y fuertes. Incluso, un día encontró su propio príncipe…


Ella pasó frente al espejo y su labio inferior sangraba....


Lo primero que pensó fue; Qué hizo para provocar esa reacción en su pareja.


Hasta ese día, todo estaba bien. Él tenía mucha paciencia con ella y sus torpezas. Incluso, él se quedaba a su lado. Un hombre tan maravilloso, aceptaba vivir junto a su lado. Era su príncipe azul y le demostraba amor con cada caricia, a pesar de ver y tolerar sus defectos.

Y es que ya no tenía el mismo cuerpo que lo había enamorado y a pesar de no estar atenta todo el tiempo y descuidar algunos detalles importantes para él, especialmente cuando sabía que volvía cansado del trabajo, él siempre regresaba a la casa.


Era consciente que cualquier día, su gran amor, se cansaría de soportarla y volaría lejos, al lado de una mujer más joven, más hermosa. Tal vez, igual a ella, cuando lo conquistó.

Mientras se limpiaba el rostro, entre su labio sangrante y las lágrimas; entre el dolor de haberlo decepcionado, de no hacerlo feliz y causar tantos problemas, pensaba con miedo, en lo que podría ocurrir a su regreso. Acaso, la perdonaría?


Sentía tanta culpa, tanta vergüenza. Quería ocultar con maquillaje su injustificado dolor, por lo que ella misma había causado. Que todos la vieran feliz y radiante. Él lo merecía, todos lo merecían.


Tú, la que está leyendo esto, lo has vivido? Has pensado de esta manera alguna vez?


Entonces, déjame decirte algo, has entendido muy mal, el cuento de príncipes y princesas.

Muchas mujeres, hemos vivido como hijas y/o parejas, situaciones como éstas. Incluso, con mayor violencia física, verbal, emocional, económica. Manipulaciones, culpa … y la lista puede hacerse infinita.


Te diré algo, hay cosas que debes comenzar a entender. La primera de ella es que estás con la persona equivocada.


Es difícil, sí. Pero te propongo un ejercicio. Separemos a nuestro príncipe, de los sueños y proyectos que creamos en nuestra mente, para vivir a su lado. Luego, obsérvalo y, despojado de nuestras expectativas, mira qué es lo que queda.


Esos sueños y proyectos, te pertenecen. Son maravillosos y son parte de ti, pero él, no lo es.

Por qué? Porque somos seres individuales y completos que elegimos unirnos a otros seres individuales y completos, para formar una pareja con quien compartir la vida, e incluso, llegar a formar una familia.

Pero si ese compañero de viaje se convierte en tu cruz, debes soltar.


Conserva tus sueños, siempre hay tiempo para realizarlos, uno a uno, aunque hoy no puedas verlo. Pero los cumplirás, con alguien más. Alguien que valore todo lo que eres, refleje todo lo que vales y te haga sentir tranquila. Con quien uses el maquillaje para verte aún más bonita, no para tapar la hinchazón de tu rostro.


Y cuánto vales?

La respuesta está dentro de ti, no en el comportamiento o juicio de otra persona.

Su violencia es lo único que él tiene para ofrecer en ese momento, no tienes por qué aceptarla.


Cambiar tu foco de atención, es URGENTE!!!

Primero, reconoce que no provocaste su violencia, él ya es violento. No mereces ser maltratada, en ninguna de sus formas. El ignorarte, también es una forma de violencia.

Las parejas sanas hablan, llegan a un acuerdo, no culpan, no ofenden, no manipulan. Te mereces una relación sana.

Segundo, PIDE AYUDA.

No pierdas tiempo. Nunca será la última vez que lo haga. No, antes de someterse voluntariamente a un tratamiento terapéutico profesional.

Del mismo modo que no tienes responsabilidad sobre sus reacciones, no puedes controlar su ira. Sólo aléjate.

Puede ser tu novio y comenzar a ignorante, mentir, hacerte sentir inferior. Puede ser tu pareja o el “príncipe” de nuestra historia, no importa. Todas, en diferentes tónicas, son señales de que debes alejarte.

No te equivoques, si tienes hijos, ellos nunca estarán mejor si sienten que su madre está sufriendo violencia. Son chicos, no tontos. Lo saben, lo perciben. Deja de pensar como víctima y enséñales a superarse y no rendirse. A salir de cualquier infierno o situación difícil.

Comienza de nuevo. Si tienes hijos, ellos son tu familia, si no los tienen, aléjate sola, pero aléjate.

No eres la única. Es por esta razón que existen, cada vez, más asociaciones y programas para mujeres y niños, víctimas de la violencia.

No eres la única. De lo contrario, yo no estaría escribiendo esto.

Tranquila, tú puedes. Todo irá bien. Eres fuerte y vales la pena. Estás en este mundo por una razón superior, no sería lo mismo sin tí.

Hoy, es difícil ver con claridad, es normal. El universo, Dios, los ángeles, en quién tú creas, están contigo. Sólo confía y aléjate. Comienza a sanar. Luego, verás todo con claridad. Lo que opinen los demás, no importa. Sólo escucha tu voz interior, la que a gritos, te pide que dejes de justificarlo y quiere que vivas en armonía, equilibrio y paz.

Sé fuerte por ti y para ti, te lo mereces. En todo el mundo, hay equipos profesionales de personas esperando tu llamada para ayudarte. Ellos están para ti.

Te dejo una lista de números a los que puedes llamar, pero si tu país no se encuentra en esta publicación, busca en internet, encontrarás un número de emergencia. Ellos funcionan en forma gratuita, anónima, las 24 horas, los 365 días del año.

Hay asociaciones que te ayudarán a encontrar un lugar si no tienes nadie más a quien recurrir. No estás sola, no importa dónde te encuentres, hay un mejor lugar esperando por ti.

Tú creas tu futuro con las decisiones que tomas hoy.

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